Las Aplicaciones Web Progresivas o PWA son una tendencia clara en el terreno de Internet y aportan una serie de ventajas hasta ahora desconocidas, pero analicemos más en profundidad y exactamente qué convierte a una “simple” página web en una PWA.
La semana pasada leí un interesante artículo de cómo Netflix, una de las mayores empresas de contenido digital del mundo, ha conseguido rebajar de 45 minutos a 7 su tiempo máximo de tolerancia a fallos y conmutación ante una caída de una región de AWS. Me ha parecido tan interesante que voy a tratar de adaptarla a nuestro blog.
Entrada original de Amjith Ramanujam publicada en Leer más
Por todo el mundo es conocido que las ventajas y las facilidades que ofrecen los gestores de contenido son muchas, y precisamente esto ha facilitado su proliferación, dando como resultado que un gran porcentaje de todos los sitios web de Internet usan un CMS Open Source. Lo que quizá no sea tan conocido es que, dada su extensión, también son el blanco constante de ataques y
Cuando nos hablan de proteger nuestra privacidad, pensamos en que nuestros datos no caigan en manos de alguna empresa para no ser el blanco de campañas publicitarias y llamadas a horas intempestivas tratando de vendernos algo que no necesitamos. Como de costumbre, la realidad deja muy atrás a todo lo que pudiéramos imaginar.
Las PYMEs españolas están afrontado con determinación el reto de la Transformación Digital. Estamos online para absolutamente todo: comprar y vender a través de Internet está a la orden del día y no es extraño que profesionales que se encuentran en diferentes localizaciones trabajen de forma conjunta, realicemos videoconferencias día sí y día también o confiemos en el Cloud Computing para custodiar nuestros datos y herramientas. Así, la
Soñar con lugares donde nunca hemos estado a veces nos motiva a viajar, y esto sucede con Internet en el sector industrial. Todos sabemos que empezar proyectos en el sector industrial suele ser complicado y arriesgado. Actualmente, la Industria 4.0 se considera como salir de una zona de confort para descubrir un mundo mágico.
Internet ha recorrido un largo camino desde que a mediados de los años 60 del siglo pasado los pioneros pusieran manos a la obra para interconectar equipos muy diversos en varios lugares de los Estados Unidos. La ARPANET original evolucionó junto con conceptos como la conmutación de paquetes, los protocolos, servicios, el hipertexto y demás. Y como aquello estaba limitado a los ámbitos más técnicos y académicos, el resto de
La denominada Internet de las Cosas (IoT) nos está trayendo todo tipo de dispositivos interconectados a la red global. Hablamos desde sensores, bombillas o dispositivos médicos a cámaras de seguridad, beacons o etiquetas inteligentes para el control de stocks, paquetería o procesos industriales. La consultora Gartner calculó que en un par de años habrá entre 20 y 30.000 millones de estas «cosas conectadas» en el mundo,
Cada día vemos en los jardines frente a nuestras casas ¨sendas¨ marcadas por el paso de personas que buscan un atajo en sus trayectos. Se trata del camino más corto y eso hace que sea el más utilizado por los usuarios aunque los planes del que diseñó los paseos asfaltados del parque fueran totalmente diferentes. Esta búsqueda del camino óptimo y más sencillo se ve reflejada en todo