Hasta hace unos años, muchas empresas tenían una gran caja de hierro de la que dependían sus llamadas. Un montón de cables entraban y salían, alimentados por líneas analógicas o RDSI (ISDN en inglés) en el mejor de los casos. Así, las pymes podían alcanzar hasta 30 canales de voz si disponían de un carísimo acceso primario.
Leer más