Por todos es sabido que las criptomonedas no están pasando por su mejor momento, y no porque se sucedan noticias alarmantes para el público general como ocurría hace unos meses, de hecho, esas mismas noticias son las que llevaron al BTC a máximos históricos, sino porque esas noticias no se están produciendo en absoluto.
El movimiento es justo el contrario, disputas entre los mayores entendidos, cambios de planteamiento y guerras a nivel técnico que, al fin y al cabo, sólo provocan que la cotización siga en caída libre.
¿Qué está ocurriendo en el mundo del Bitcoin?
Antes de saber qué ocurre actualmente, hemos de rememorar cómo se han resuelto estas disputas durante su historia y, a grandes rasgos la respuesta es la misma: fork.
Un fork es un concepto informático, y más en concreto en el desarrollo de software, cuando una rama de código que va recibiendo actualizaciones y mejoras, se bifurca para desarrollar su propia rama bajo sus propias premisas alejada de la rama original.
Lo mismo ocurre en el blockchain o cadena de bloques que da vida el bitcoin: cada bloque nuevo es cadenado al anterior para seguir así una correlación invariable, salvo que se produzca un fork y, a partir de un mismo bloque, existan dos bloques difierentes: uno de ellos continúa con la rama habitual y otro forma una rama nueva. Así es como nació Bitcoin Cash el pasado 1 de agosto de 2017.
Creación del Bitcoin Cash
Este fork se generó por las quejas de gran parte de la comunidad a raíz de las altas comisiones de la red de bitcoin. Esto se explica por el tamaño máximo de cada bloque, que no deja de ser cuánta información puede albergar cada bloque que conforma la cadena de bloques. Este siempre ha sido un tema muy controvertido entre la comunidad de bitcoin, ya que a mayor demanda de inscribir transacciones en la red de blockchain con un número de información limitado, entra en juego directamente la ley de oferta y demanda, se atienden antes las operaciones que pagan más comisión y el coste medio de cada comisión sube hasta límites insostenibles.
Es por esto que gran parte de la comunidad propuso un cambio en el standard de bitcoin conocido como SegWit, y así aumentar el tamaño máximo de bloque reduciendo el coste de transacción, pero el rechazo de incorporar esa modificación en bitcoin dio lugar al fork que generó la moneda alternativa Bitcoin Cash: con un tamaño máximo de bloque aumentado a 4MB.
El grupo de usuarios que originó este cambio, conocido como Bitcoin ABC, introdujo una política interesante al núcleo de BCH y es forzar un “hard fork” al núcleo de BCH cada 6 meses para implementar mejoras al protocolo, pero en esta ocasión los cambios introducidos para mejorar la escalabilidad de la red, haciendo referencia al orden en que son escritas las operaciones, entre otras cosas, no ha sido aceptado por otro grupo de usuarios: nChain.
La vuelta del misterioro Satoshi
nChain cuenta con un responsable de investigación muy controvertido, Craig Steven Wright, que dice ser quien estaba detrás del pseudónimo que diseño y publicó el bitcoin original en 2009: Satoshi Nakamoto. Mucho se ha dicho sobre la identidad de este personaje y de su posible origen u orígenes, ya que se llegó a creer que se trataba de un grupo de diferentes personas ateniendo a su manera de redactar, pero esto nos daría material suficiente como para tratarlo en otro post. Sea cierto o no, su propuesta de mejorar el núcleo del BCH con lo que han llamado “Bitcoin Satoshi’s Vision” (Bitcoin SV) ha dado lugar a un nuevo fork de BCH conocido como BSV que pretende restaurar el “espíritu” original del bitcoin de Satoshi y, además, añadir bloques de tamaño ilimitiado.
La realidad, muy probablemente, se encuentre en dos grandes grupos de mineros enfrentados tratando de ganar control e influencia sobre las monedas y, al fin y al cabo, ninguno está logrando que los inversores menos técnicos y más generalistas recobren la confianza en las criptomonedas que no dejan de marcar mínimos que apenas se recuerdan a pesar de su corta vida. En este caso, a río revuelto, no hay ganancias para nadie.
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