Quizás el mayor reto al que me enfrento últimamente es hacer una labor pedagógica para que la foto que tengo en mi cerebro pase nítida al cerebro de nuestros clientes. Claro, realmente el reto no es tanto el contenido sino el filtrado de los elementos onírico-delirantes de forma que no provoquen adulteración ni daño cerebral en el recipiente destino.