No hay día que no aparezca un nuevo artículo sobre cuánto ha crecido Internet, cómo…
Mucho se ha hablado en los últimos días acerca de la venta de Yahoo, de su precio y de una de las figuras clave en este proceso: su CEO desde 2012, Marissa Mayer.
Yahoo, aquel gigante tecnológico que llegó a valer 114.000 millones de euros y uno de los máximos exponentes del boom de las puntocom, ha visto su cotización desplomarse irremediablemente para acabar siendo absorbida por Verizon por una cifra casi 10 veces inferior a ofertas de hace tan solo unos años. Pero, ¿es realmente un fracaso?
Para conocer mejor la situación actual de Yahoo, debemos echar la vista atrás y recordar algunos detalles importantes de su historia.
Yahoo nació en 1994 de la mano de Jerry Yang y David Filo, pero no comenzó como una startup, fue más bien un accidente. Yahoo nació como una simple guía de sitios web llamada, con muy poca fortuna, «Jerry and David’s guide to the World Wide Web”, para pasar a denominarse un año después Yahoo, como acrónimo de Yet Another Hierarchically Organized Oracle, en referencia a la organización de sus primeras bases de datos en capas.
Durante sus primeros años de vida, ganó muy rápidamente usuarios y reconocimiento, dando lugar a su primera IPO (Initial Public Offer, es decir, salida a bolsa) en 1996 recaudando 33,8 millones de dólares, lo que dejaba una cotización de la asombrosa cifra de 800 millones de dólares. Recordemos que estamos a mediados de la década de los 90. Este movimiento atrajo una gran cantidad de atención, inversores, empleados accionistas, etc. no solo para Yahoo, sino para todo el sector, lo que mejoró al completo el incipiente ecosistema de las puntocom.
En este proceso, Yahoo consiguió batir sin grandes esfuerzos a renombrados competidores de la talla de Altavista, Lycos y Excite. Yahoo era el sitio donde iban a parar irremediablemente todos los usuarios de Internet de la época, lo que disparaba su valor.
Llegados a este punto, la burbuja tecnológica explota. Yahoo se desploma, pero a un ritmo similar al de sus competidores, y pasados unos años, en torno a 2004, consigue estabilizarse en una cotización de 40.000 millones de dólares.
En aquel momento, en el que el sector ya había madurado, Yahoo se había recuperado del crash y volvía a existir un flujo considerable de capital. Se empezaban a suceder las ofertas de compra, algunas de ellas inverosímiles.
En 2005, Microsoft, en pleno apogeo de su ya difunto MSN Messenger, ofrece 45.000 millones de dólares por Yahoo, oferta que fue rechazada. Por su parte, en 2008, curiosamente AOL (luego veremos por qué) ofrece 44.600 millones de dólares, algo difícil de creer, ya que las últimas cifras de Yahoo hablan de unos ingresos anuales de 7.000 millones y unos beneficios de 660 millones, con un crecimiento anual del 8,5%. Es decir: AOL estaba ofreciendo por Yahoo 67 veces sus ganancias. Incomprensiblemente, Yahoo volvió a rechazar una oferta de compra y quizá este fuera uno de los factores que propició su nuevo hundimiento en 2008.
En toda esta sucesión de ofertas y números hay una variable que, hasta ahora, no hemos tenido en cuenta: En 1998 nace nada menos que Google.
Ante esto, Yahoo sabe que no puede competir contra los algoritmos de indexación de Google y decide apostar por el contenido, pivotando su core business de ser un buscador a un portal de contenidos, en una época en la que ya nadie los usaba. Todo esto vino, además, acompañado de continuos cambios en su dirección hasta que en 2012 deciden cambiar de estrategia: copiar a Google.
Es entonces cuando entra en escena una figura clave en el proceso de venta: Yahoo ficha a Marissa Mayer como su nueva CEO.
Marissa Mayer fue la empleada número 20 de Google, primera mujer ingeniera entre sus filas y, especialmente, primera product manager en Google. De hecho, ella formó a los posteriores product manager. Marissa programó y, sobre todo, diseñó el inmortal look de Google. Se cuenta de ella estridencias del tipo de llegar a probar 41 tonos de azul diferentes para los resultados de búsqueda, vivir permanentemente en un hotel de lujo o llevar siempre un mismo tipo de vestido, con especial devoción hacia los de Oscar de la Renta, siendo una fashion victim reconocida por, entre otros, la revista Vogue. En definitiva, es una de las 100 mujeres más poderosas del planeta en el afamado ranking de Forbes.
En Yahoo, Marissa introdujo profundas remodelaciones mas allá de lo puramente técnico: eliminó el infructuoso teletrabajo (ya que muchos empleados en aquel momento lo aprovechaban para, simplemente, no trabajar), sustituyó la comida basura de las oficinas de Yahoo por alimentos saludables y, especialmente, le devolvió un rumbo claro y el “respeto” que la marca había perdido durante estos convulsos años.
El objetivo de Mayer era colocar un icono con una Y en cada smartphone del mundo. Obtuvo buenos resultados pero realmente fracasó, dejando entrever su cometido principal: vender Yahoo.
Durante este incompleto asalto al smartphone lo que sí consiguió fue triplicar el valor de Yahoo en bolsa, lo que propició su reciente venta a Verizon por 4.800 millones de dólares. Una cifra muy alejada de las ofertas de años atrás, pero muy apetecible en comparación con la imposibilidad alguna de venta de la etapa inmediatamente anterior a su llegada. Gracias a esta venta Marissa Mayer se embolsará 122 millones.
¿Qué conclusión podemos obtener? Que Google ha devorado a Yahoo. Esto se torna en algo tristemente irónico cuando en 1998 Yahoo rechazó comprar Google por 1 millón de dólares.
Otra ración más de ironía: Yahoo rechazó una más que suculenta oferta de AOL, y ahora va a pasar a formar parte del mismo grupo ya que Verizon adquirió AOL un año antes.
Llegados a este punto, el futuro de Yahoo es incierto, y casos como el de MySpace después de ser comprada por News Corp. de Rupert Murdoch no auguran nada bueno. Yahoo no supo aprovechar su momento de dominación, tomando malas decisiones financieras y, sobre todo, con unas adquisiciones muy costosas y poco rentables.
El ejemplo más llamativo lo encontramos en Geocities, uno de los grandes en alojamiento gratuito a finales de los 90 que fue comprado por Yahoo en 1999 por 4.000 millones de dólares para luego cerrar sus servicios en 2007. Más recientemente, repitió la jugada con la plataforma de blogging Tumblr y la red social de fotografías y vídeos Flickr. En ambos casos han cosechado duras críticas de sus usuarios por las decisiones tomadas en ellas.
A fin de cuentas, parece que las startup también envejecen, las malas decisiones pasan factura y, a fin de cuentas, es complicado decidir si 4.800 millones es algo irrisorio para el primer rey de Internet o una fortuna para el proyecto de dos amigos que llegó tan lejos casi por accidente.
Atribución de la autoría de las fotografías empleadas en este artículo:
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