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Cada vez está más clara la importancia de disponer de buenos enlaces de conectividad en los negocios de todo tipo, incluyendo las diversas delegaciones y centros de una empresa o los puestos desde los que se teletrabaja. La lista de dispositivos, sistemas de negocio y aspectos en los que puede influir una buena conectividad es larga, e incluye matices tanto estratégicos como del hardware y del software.
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Cuando se habla de alta disponibilidad es importante transmitir la idea de que lo que debe estar disponible son tanto los sistemas a los que pueden acceder los clientes –como por ejemplo la página web de la empresa, o la app con la que acceden a un servicio– como los sistemas a los que deben acceder los propios empleados. Si los primeros fallan, los clientes simplemente no pueden ver lo que buscan; por otro lado cuando los propios empleados no pueden acceder a paneles de datos, sistemas de gestión de clientes o incluso al correo electrónico, el correcto funcionamiento de la empresa se ve cuestionado (en la reciente caída de Facebook algunos empleados no podían ni siquiera entrar físicamente a las oficinas). La disponibilidad debe ser la más alta posible, a prueba de caídas, fallos o paradas no programadas.
Hoy en día en todas las empresas hay máquinas que tienen que comunicarse de forma continua con otras máquinas en intercambios M2M (máquina-a-máquina) constantes. Ya sea para realizar transacciones con los bancos, validar usuarios o aceptar pedidos de terceros, los sistemas de todo tipo no son equipos aislados, sino que dependen de otros. Muchos negocios de e-commerce, por ejemplo, deben enviar sus catálogos y precios no sólo a las personas que llegan a la tienda a verlos sino también a aplicaciones comparadoras de precios, buscadores, proveedores y demás. Los restaurantes y tiendas de alimentación no sólo sirven al público, también a empresas intermediarias que agrupan pedidos o los transportan en bici o en moto donde otros no llegan. Si esa comunicación M2M falla, se produce un efecto dominó y todo deja funcionar también para otras empresas.
Para muchos negocios, la IoT (Internet de las Cosas) se ha convertido en parte clave de sus procesos. Todos esos sensores y dispositivos conectados en redes inalámbricas, redes privadas y entornos seguros deben poder conectarse correctamente con el exterior, ya sea para transmitir la información recopilada (sensores, cámaras, automatismos) o para recibir instrucciones. Si ya cuando cambiamos la conexión de casa o se cae la fibra es un dolor de cabeza reconfigurar el televisor, el robot aspirador o incluso las lámparas inteligentes, es fácil imaginar cómo esa complicación es mayor en una fábrica, nave logística o taller con cientos o miles de dispositivos IoT. Una buena conectividad a prueba de fallas garantiza que todos esos dispositivos industriales funcionen de forma fluida, continua y sin tropiezos.
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Para las delegaciones que deban conectarse entre sí y con los centros de datos de la empresa y para los trabajadores que viajan o se encuentran en modo teletrabajo, otro aspecto de esa buena conectividad es que sea una conectividad segura. Esto se logra a través de:
Para tener una conectividad a prueba de fallos se puede plantear el uso de la Fibra Segura Dual, que básicamente consiste en dos conexiones de fibra óptica conmutadas –de redes diferentes– de modo que si una de ellas cae se activa la otra. Esta forma de conectarse permite tener una opción automática de respaldo en caso de fallo (con dos enlaces de conexiones de hasta 1 Gbps) y reemplazo rápido de equipos/routers. Es una forma de evitar situaciones críticas como la caída súbita de una red concreta de una operadora, dado que la conectividad salta automáticamente a la red alternativa. Además de esto se puede configurar alternativamente para contar con más capacidad –doble ancho de banda– en caso necesario, aprovecharlo con el software de la VPN corporativa y recibir alertas de la monitorización.
Aunque se podría continuar enumerando más aspectos a tener en cuenta para diversos entornos específicos, los cinco mencionados en este artículo son los que principalmente marcan la importancia de una buena conectividad: la alta disponibilidad, el poder garantizar que los sistemas y dispositivos de la organización siempre estarán conectados, el saber que lo harán de forma segura y que en caso de fallo habrá una alternativa o plan B. Aspectos que si se tienen en cuenta permiten dormir mucho más tranquilo.
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