¿Qué retos plantea la Industria 5.0 a las pymes industriales?

Se ha recorrido un largo camino en la industria desde el siglo XVIII hasta la época actual en la que la Industria 4.0 está en todo su esplendor y se adivinan las principales tendencias de lo que se está dando en llamar Industria 5.0.

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En este largo camino las empresas de todos los tamaños se encuentran actualmente en el paso de la digitalización a la personalización; de enfrentarse a retos ya conocidos como las fábricas inteligentes y los nuevos sistemas físicos (robots, sensores) e interactuar con sistemas controlados mediante inteligencia artificial y equipos híbridos de robots y humanos. Tan es así que la Unión Europea tiene una web sobre innovación dedicada a la Industria 5.0 dentro de sus problemas de innovación e investigación. 

Tres siglos de evolución

• 1780 (1.0) Mecanización 
• 1870 (2.0) Electrificación 
• 1970 (3.0) Automatización 
• 2000 (4.0) Digitalización 
• 2030 (5.0) Personalización 

Algunos de los retos que se adivinan para la Industria 5.0 recuerdan mucho a los que ya se han vivido históricamente. Por ejemplo el paso de las máquinas de vapor alimentadas por carbón y diésel al siglo de la electricidad hizo replantearse algunas cuestiones sobre la energía que utilizan las industrias, en busca de soluciones más económicas y menos contaminantes. Actualmente nos enfrentamos a una situación similar y a planes globales de electrificación de flotas de transporte, fábricas y ciudades para frenar la emergencia climática. Cualquier pyme que se plantee integrarse en la Industria 5.0 haría bien en entender perfectamente el origen de la energía que va a utilizar para su maquinaria, el respeto al medio ambiente y en tener planes para eliminar o compensar las emisiones contaminantes. 

Las máquinas que nos han acompañado en todo este tiempo han sido mecanismos, líneas de fabricación y más recientemente robots especializados. Pero ha sido tan sólo en las últimas décadas cuando esos robots han comenzado a utilizar inteligencia artificial para funcionar y cuando se ha visto que en muchas ocasiones lo que necesitamos son más bien «cobots»: robots colaborativos. Esto apunta a otro reto, que recuerda a la falsa dicotomía del movimiento ludita allá por 1810. Entonces los trabajadores insatisfechos planteaban resolver la «amenaza de las máquinas» destruyéndolas con palos y piedras, para así garantizar el empleo de los operarios. Hoy en día parece claro que no se trata de reemplazar a los humanos por máquinas sino de aumentar sus capacidades. Esta fructífera colaboración que empodera aún más a las personas las libera para las tareas más complejas dejando el trabajo repetitivo, mecánico o peligroso para las máquinas. 

Finalmente, la personalización es quizá uno de los elementos más diferenciadores que se atribuye a la Industria 5.0, junto con un toque de creatividad que hasta ahora era difícil que surgiera en procesos repetitivos. Las fábricas de los coches Tesla, por ejemplo, raras veces ven salir el mismo modelo de su línea de producción pues todos van personalizados a gusto del cliente; otro tanto sucede con las empresas que suministran equipos informáticos configurados a medida o con la industria de la moda donde las clientas pueden elegir tallas, diseños, colores y complementos a medida.

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Las pymes siempre han sido grandes expertas en este tipo de personalización y trato más cercano al cliente. No deberían por tanto tener problemas para seguir en esa misma línea y ofrecer productos más personalizados todavía, introduciendo esas variables en los procesos de fabricación y servicio: desde configuraciones y variantes a gusto de los clientes a diseños a medida, etiquetas y packagings personalizados y otras soluciones creativas. Una de las grandes ventajas es que al tratarse de procesos industriales digitalizados en su mayor parte, estas sutiles diferencias pueden introducirse en cualquier momento sin ralentizar la producción. 

Entre las herramientas con las que las empresas pueden contar hoy en día están los «laboratorios IoT a distancia», con los que experimentar sin que sea necesaria la presencia física –tanto en cuestiones de formación como de trabajo diario– y los entornos de trabajo virtuales donde realizar pruebas y entrenamientos de máquinas en mundos sintéticos donde se respetan las leyes de la física, los materiales y se ofrece un realismo asombroso. 

Retos diarios en la industria bien conectada

Además de todo lo anterior, recordar que el día a día de la Industria 5.0 y el Internet de las cosas requiere de soluciones de conectividad que ya están utilizándose actualmente: desde redes correctamente securizadas a soluciones de fibra óptica, copias de seguridad, servicios en la nube. Todo esto es un buen punto de partida para seguir evolucionando las pymes de todo tipo de industrias en la dirección correcta. 

Las personas interesadas en investigar más sobre el tema se pueden mantenerse informadas siguiendo en Twitter a @EUScienceInnov, la cuenta en redes sociales de los programas de investigación e innovación de la Unión Europea, donde se publica periódicamente información interesante sobre la Industria 5.0, entre otros temas. 

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