Comienzan a subir las temperaturas, es tiempo de ocio, viajes, nuevas experiencias... pero también de…
Hace tiempo que vengo observando predicciones casi esotéricas sobre cómo Google acabará sufriendo el mismo destino que Yahoo. ¿Son predicciones basadas en algún dato real? En realidad no, más bien todo lo contrario.
Si bien es cierto que casi tan complicado como llegar a la cima es mantenerse en ella, Google parece tener la lección bien aprendida. De hecho, me atrevería a decir que mejor que nadie. Veamos por qué.
Aprovechando todos sus años de hegemonía sobre el terreno de los buscadores, ha ampliado su radio de acción a infinidad de campos mientras mantenía regularmente la joya de la corona: su algoritmo de indexación de resultados de búsqueda.
Este mantenimiento se ha centrado principalmente en dos tareas fundamentales: combatir el spam y adaptarse, o al menos intentarlo, a las nuevas tecnologías como webs 2.0, nuevos frameworks, nuevos dispositivos, etc.
Entonces ¿qué es RankBrain? Es la última gran novedad de Google para mejorar la indexación de sus resultados de búsqueda y, especialmente, uno de los cambios más grandes que se ha introducido en su envidiado algoritmo de indexación. No olvidemos que un altísimo porcentaje de lo que es Google hoy en día y, especialmente, de su valor, proviene de este algoritmo. Por tanto, cualquier modificación que sufra está estudiada de manera tan minuciosa como pocas.
Pero antes de concretar qué es RankBrain, hagamos un breve repaso de cómo ha funcionado la indexación. Hasta, aproximadamente, 2013 Google rastreaba la práctica totalidad del contenido web mundial asignando unas palabras clave acerca del contenido web y un valor de relevancia de 1 a 10 en función de una serie de características casi tan extensa como secretas llamado PageRank. El famosísimo PageRank.
¿Qué ocurre desde entonces? Envuelto en todo el hermetismo que suele rodear a todo lo que tenga que ver con el algoritmo de indexación de Google, con el tiempo supimos que PageRank quedó obsoleto y sin actualizar desde 2013, y es por eso que en el sector se adoptó como referencia otras métricas como el Domain Authoritiy y Page Authority de MOZ, el Rank de Semrush o el Trust Flow de Majestic.
Con el PageRank congelado, a todos nos parecía extraño que Google cediera esa relevancia a otras compañías, pero lo que todavía no sabíamos era que, realmente, Google trabajaba en un sustituto mucho más complejo: RankBrain.
RankBrain es un sistema de inteligencia artificial, o más bien, de machine learning, que “aprende” qué páginas web son más relevantes para su temática y así las categoriza. En esencia, RankBrain emula a un usuario humano real que ordena resultados según cómo nos gustaría encontrar respuestas a nuestras búsquedas. Y no sólo eso, RankBrain también “naturaliza” cómo Google interpreta nuestras búsquedas, ya que cada usuario formula sus búsquedas de maneras muy diferente, en especial, cuando son de viva voz.
De hecho, se cree que el origen de RankBrain era precisamente ese: entender qué quería obtener un usuario cuando hace una búsqueda por voz desde su smartphone de manera mucho más léxica, ya que normalmente al escribir unos términos de búsqueda en Google se suele hacer de una manera mucho más esquemática y concisa. También fue esta la primera
Y no es hasta, aproximadamente, el final del verano de 2016 cuando los que nos dedicamos profesionalmente al SEO observábamos estupefactos unas variaciones en nuestros rankings poco vistas hasta el momento. Normalmente estos cambios suelen afectar a técnicas black-hat o lo que es lo mismo, métodos técnicos para posicionar webs de manera ilegítima intentando burlar la indexación orgánica de Google, si es que eso es posible. Pero no, en esta ocasión era una variación de la casi totalidad de rankings en webs con un SEO perfectamente natural. Era RankBrain incorporándose a la práctica totalidad de búsquedas.
No obstante, en palabras de Google, RankBrain no es la medida principal para posicionar una página web. En concreto, es la tercera, por detrás de las palabras clave de su contenido y de los enlaces entrantes que recibe, y esto parece que seguirá siendo así durante mucho tiempo. No obstante, no deja de ser uno de los mayores cambios que se han introducido desde que Google es el motor de búsqueda más utilizado en todo el mundo con sobrada diferencia.
¿Qué cabe esperar de RankBrain? Quizá siendo demasiado optimista, este podría ser el principio del fin del antes mencionado black-hat SEO. Existe un gigantesco negocio alrededor de pagar X cantidad por aparecer en la primera página de Google lo antes posible. En cambio, todos sabemos que eso nunca ha funcionado así: mientras algunos “consultores SEO” jugaban al ratón y al gato con Google encontrando la técnica del momento que conseguía burlar el algoritmo y escalar posiciones de manera ilegítima para luego ser penalizados, Google podría quitarse ese problema de un plumazo gracias a RankBrain. No habrá nada en concreto para explotar que haga escalar posiciones, todo quedará al entendimiento “casi humano” de RankBrain.
Este es, además, otro muy buen ejemplo de cómo el líder se mantiene por delante de la competencia, ofreciendo algo diferenciador y apostando por nuevas tecnologías desde muy pronto, ya que si PageRank quedó obsoleto en 2013, todo parece indicar que Google ya trabajaba en algo más que un simple prototipo de RankBrain desde mucho antes.
En definitiva, por mucho que pueda molestar a algunos y por más detractores habituales que siempre generan los grandes, parece que tendremos Google para muchos años. Larga vida al rey.
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