Estos son algunos de los congresos y jornadas TIC más relevantes del mes de febrero:…
Este último año no ha sido para nada normal, de modo que si se quiere hacer algo especial este verano una posibilidad es hacer unas «vacaciones tecnológicas» visitando algunos lugares con un significado especial, ya sea actual o histórico, relacionado con la conectividad, la ciberseguridad, la nube, Internet y sus tecnologías. He aquí cinco de ellos, elegidos con diversos niveles de cercanía y de accesibilidad: dado que algunos están muy relacionados con la seguridad de internet, no siempre se puede pasear por ellos sin conseguir una cita previa; otros son auténticos museos que a veces requieren comprar las entradas para visitarlos.
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En esta playa del Cantábrico frecuentada por surfistas en la que se pueden pasar apetecibles días de playa se encuentra una instalación casi invisible digna de mencionar: el cable de fibra óptica MAREA que atraviesa el Atlántico conectando directamente la localidad con la costa de Virginia en Estados Unidos. En total son 8.000 kilómetros de cable de última generación, gestionados por Telxius que emplean empresas como Microsoft y Facebook para mover cerca de 160 Tbps de tráfico de datos entre Europa y América.
Cerca de la playa puede verse cómo la estación telefónica de Sopelana original fue transformada en una estación para el punto de aterrizaje del cable submarino. En las pruebas más recientes los técnicos han conseguido optimizar las comunicaciones para transportar un 20% de datos más que los marcados por su diseño original hasta llegar a 200 Tbps, convirtiéndolo así en el cable submarino de mayor capacidad del mundo.
La historia de cómo los aliados rompieron los códigos secretos de la máquina Engima de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, facilitando así valiosísima inteligencia para poner fin a la guerra, se ha contado muchas veces y ha servicio como inspiración para los amantes de la criptografía y la ciberseguridad. Durante décadas el «cómo se hizo» permaneció en secreto, hasta que el paso del tiempo dejó casi obsoleta esa información, que pasó a ser del dominio público y de ese modo un legado histórico. El lugar en el que sucedió todo aquello fue Bletchley Park, un conjunto de edificios secretos donde trabajaba un gran equipo de civiles y militares; está ubicado a una hora en tren desde el centro de Londres reconvertido en museo histórico.
En el actual museo de Bletchley Park pueden verse muchas de las máquinas originales de la época, convenientemente restauradas, así como recreaciones modernas de otras que no aguantaron tan bien el paso del tiempo. En esas mismas instalaciones trabajó Alan Turing, uno de los pioneros de la informática, así que muchos de aquellos trastos se consideran –en cierto modo– precursores de los modernos ordenadores. Tras la pandemia de la Covid-19 las visitas físicas han vuelto a Bletchley Park, aunque hay que hacer reserva previa. Es una agradable visita para pasar una mañana, una tarde, o ambas cosas, si se está de paso por Londres.
Si hubiera que buscar un edificio al que ponerle un letrero que dijera en letras grandes «INTERNET» ese sería probablemente el Archivo de Internet, más conocido como Archive.org. Es una especie de gigantesca biblioteca de Alejandría pero de lo digital: una organización sin ánimo de lucro que archiva no sólo copias completas de la World Wide Web y sus miles de millones de páginas de forma periódica, sino también vídeos, música, software antiguo y libros escaneados, entre otras muchas cosas. Si te parece increíble, busca alguna web que conozcas en su peculiar «máquina del tiempo», la Wayback Machine.
Aunque el Archivo de Internet utiliza varias ubicaciones físicas, el edificio principal está en San Francisco, con otros centros de datos donde están los servidores y los archivos físicos en Richmond (Virginia). Ese edificio otrora fue una iglesia, y actualmente se utiliza también para reuniones de los voluntarios que trabajan en el proyecto, conferencias y homenajes (uno notable fue el del hacktivista Aaron Swartz). En el último recuento los servidores ya almacenaban más de 90 petabytes de información; el archivo físico incluye libros, revistas, disquetes, CD-ROMs, cartuchos de videojuegos y cualquier cosa que se pueda digitalizar y preservar para el futuro. De vez en cuando envían una copia de seguridad a un sitio espejo a la nueva Bibliotheca Alexandrina. La actividad de Archive.org es una especie de archivismo extremo, con arañas recorriendo internet y máquinas para digitalizar vinilos y libros físicos página a página. La gigantesca nave donde reciben esos materiales parece la escena final de En busca del arca perdida. Debido a las complicaciones por la Covid-19 el edificio principal actualmente no se puede visitar a causa de las normas de la ciudad, pero conviene estar atentos a los cambios en su página de contacto o su blog donde anunciarán la reapertura tan pronto como sea posible.
En el laboratorio de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (más conocido como CERN) trabajan miles de científicos de todos los países investigando los secretos de los átomos en instalaciones como el archifamoso Gran Colisionador de Hadrones. Pero allí también fue donde, más discretamente, nació la World Wide Web (WWW) allá por 1989: un lugar histórico donde los haya.
Todo fue idea de un Tim Berners-Lee, un científico que trabajaba en un proyecto para compartir información entre grupos de científicos e investigadores que utilizaban distintos sistemas operativos incompatibles. A su primer memorándum presentando la WWW el jefe le respondió que le parecía «una idea vaga, pero interesante». Y el resto es historia. Actualmente ya han vuelto las visitas guiadas presenciales a las instalaciones del CERN, donde se puede vivir el ambiente del mundillo científico y acceder a todas esas instalaciones en persona.
El estado en el que se ubican Las Vegas y Reno, dos de las ciudades más extravagantes del mundo, alberga también The Citadel, el conjunto de datacenters más superlativo la Red. Técnicamente se llama Campus Citadel y los diversos subconjuntos/edificios tienen nombres como Tahoe Reno, Las Vegas, Grand Rapids… Todas las cifras de esta mega-instalación son extremas: 670.000 metros cuadrados de superficie (67 hectáreas), 650 megawatios de consumo eléctrico (100% renovable) y varios cientos de personas trabajando en ellas, incluyendo un pequeño «ejército» para reforzar la seguridad física.
El Campus Citadel alberga servidores de más de 100 servicios Cloud de proveedores de todo el mundo y está conectado directamente a 50 operadoras de redes para garantizar la conectividad; tan es así que lo autodenominan un «ecosistema de datacenters a hiperescala/exoescala». Cerca de su ubicación están la Gigafactory de Tesla y otros centros de datos de Apple y Wallmart. Para conectar con los habitantes y empresas de la cercana zona de California (Los Ángeles, San Francisco y Silicon Valley) la latencia es de menos de 10 milisegundos. Debido a las estrictas medidas de seguridad es obligatorio rellenar un formulario si se quiere planificar una visita, pero a quien le gusten estos tipos de sitios seguro que no le cuesta encontrar una buena excusa.
El estado en el que se ubican Las Vegas y Reno, dos de las ciudades más extravagantes del mundo, alberga también The Citadel, el conjunto de datacenters más superlativo la Red. Técnicamente se llama Campus Citadel y los diversos subconjuntos/edificios tienen nombres como Tahoe Reno, Las Vegas, Grand Rapids… Todas las cifras de esta mega-instalación son extremas: 670.000 metros cuadrados de superficie (67 hectáreas), 650 megawatios de consumo eléctrico (100% renovable) y varios cientos de personas trabajando en ellas, incluyendo un pequeño «ejército» para reforzar la seguridad física.
El Campus Citadel alberga servidores de más de 100 servicios Cloud de proveedores de todo el mundo y está conectado directamente a 50 operadoras de redes para garantizar la conectividad; tan es así que lo autodenominan un «ecosistema de datacenters a hiperescala/exoescala». Cerca de su ubicación están la Gigafactory de Tesla y otros centros de datos de Apple y Wallmart. Para conectar con los habitantes y empresas de la cercana zona de California (Los Ángeles, San Francisco y Silicon Valley) la latencia es de menos de 10 segundos. Debido a las estrictas medidas de seguridad es obligatorio rellenar un formulario si se quiere planificar una visita, pero a quien le gusten estos tipos de sitios seguro que no le cuesta encontrar una buena excusa.
Algunas empresas como Google cuentan con los datacenters más grandes y espectaculares del mundo, pero las medidas de seguridad son tan extremas que no ofrecen visitas y es imposible de todo modo entrar allí. Eso sí, alternativamente ofrecen visitas guiadas en formato 360° con unas gafas especiales o cualquier smartphone. Merece igualmente la pena dedicarle un rato; esta es una de las más completas: Google Data Center 360° Tour.
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Fotos: Archivo de Internet (CC) Evan Carroll; CERN Globe of Science and Innovation (CC) CERN @ Unsplash
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