Ahora que llega la temporada veraniega muchas personas están considerando la opción de ampliar la estancia y llevarse allí el teletrabajo mientras sea una opción válida para las empresas.
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Qué mejor opción que combinar el trabajo con el descanso playero. Pero como comentamos hace tiempo trabajar en remoto supone ciertos desafíos y el hecho de estar en un lugar diferente en el que no se tiene tanto control sobre el entorno de trabajo puede hacer la cosa un poco más complicada. Por eso, no viene mal repasar las recomendaciones para evitar esos riesgos:
- Cambios de equipo. No siempre se utiliza en los viajes el mismo ordenador con el que se teletrabaja todos los días; de hecho para ir a la casa de la playa o a un hotel es común llevarse un ordenador alternativo más antiguo, que no importa que reciba golpes o se estropee y que más o menos funciona igual que el principal. El problema es que ese equipo puede estar desactualizado, no tenga activado el antivirus/antispam, haya que copiar los datos que vayan a hacer falta y todo eso puede suponer un riesgo de seguridad. Recomendación: usar el mismo equipo que usaríamos para un viaje de trabajo (o al menos poner el otro al día con todo cuidado).
- Recurrir a un equipo compartido «familiar». Es algo que también compromete la situación: el agujero siempre estará en el eslabón más débil si un equipo no lo usa una única persona: malware, virus, correos maliciosos… Lo mismo puede suceder si creemos que con una tableta podremos trabajar igual de seguros que con un portátil. O se toman medidas específicas o será una posible fuente de problemas. Recomendación con los equipos: como con los cepillos de dientes, «que cada cual utilice el suyo».
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- Las conexiones suelen ser malas e inestables. Las infraestructuras de las zonas turísticas son por lo general peores que las de las ciudades y centros de trabajo. En la playa una conexión 4G puede convertirse en 3G (o menos) y el Wi-Fi prometido por el hotel o los apartamentos brillar por su ausencia o ser de esos que «van y vienen». Incluso las conexiones de fibra o cable, donde las hay pueden ser peores: con tendencia a saturarse, o conectadas a routers y equipos antiguos, más lentos y menos seguros. Recomendación: antes de salir, asegurarse de cómo están las comunicaciones en el lugar destino, especialmente si hay 4G con buena cobertura (que es lo que suele salvar el día). Para trabajar: el 4G; para todo lo demás, el Wi-Fi.
- El «Wi-Fi playero», tan seguro como el de casa: la recomendación si se activa un router para compartir la conexión con varios distintos es hacerlo con las mismas medidas de seguridad que activaríamos en casa, o incluso más: no activar la «Wi-Fi de invitados», asegurarse de que las contraseñas son seguras y el protocolo de seguridad WPA2/WPA3 y desactivar el WPS.
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- Antes de salir. La lista de comprobación antes de salir de viaje con equipo de trabajo y datos importantes debería incluir al menos: (1) Hacer una copia de seguridad completa por si le pasa algo al equipo; (2) Activar la autenticación de múltiples factores (2FA) y comprobarla para aquellos servicios en los que vayamos a usarla; (3) comprobar que el equipo portátil está configurado y encriptado correctamente y que puede borrarse a distancia en caso de problemas, por ejemplo si se produce un robo o pérdida. Sugerencia: si al cambiar de equipo y hacer estas comprobaciones o llegar al lugar de destino se reciben mensajes del tipo «alguien se ha conectado desde un nuevo dispositivo… desde un nuevo lugar…» es que los sistemas de seguridad están funcionando. Si no, es que quizá no estén bien activados.
- Siempre con VPN (Red Privada Virtual). Da igual si la conexión de la playa la hemos contratado, es la del hotel o el Wi-Fi del vecino que nos lo presta amablemente a falta de otra cosa. Dado que no se trata de una conexión segura y confiable lo mejor que podemos hacer es encapsular todo lo que circule por ella con una VPN. Con eso se encriptan todas las comunicaciones punto a punto y conectarse a la red corporativa es como estar en la propia oficina. En caso de emergencia y de que no tengamos un software de VPN específico, navegadores como Ópera incluyen una y es muy fácil activarla: Ópera > Opciones > Avanzado > VPN > Activar la VPN. Utilizar esa VPN en el navegador puede resultar un poco más lento, pero es más seguro.
Como sabemos, la combinación de trabajo a distancia y lugares de descanso es atractiva pero no está exenta de riesgos. Por suerte la lista de detalles técnicos a tener en cuenta no es muy exigente. Esto garantizará que aunque estemos en un paradisíaco lugar la seguridad de los datos y las comunicaciones sea la adecuada para que no suponga ningún riesgo para la empresa.
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